9no. día completo

Bueno, pues como ayer me quedé a medias con la crónica, tendré que terminarla hoy...

Pues nos pusimos de camino a Taxco (se lee Tasco), en el estado de Guerrero, a unos 170 km. del D.F.

Llegamos ya de noche, por lo que lo primero que hicimos fue buscar un hotel, por supuesto lo más cerquita del zócalo.

Conseguimos rapidito un hotel desde el cual teníamos unas vistas preciosas del pueblo... Bueno, tengo que decir que Taxco se encuentra en una montaña, construido totalmente encima de ella, lo que hace que el pueblo tenga muchas cuestas y calles estrechas y, por supuesto, empedradas... Taxco es precioso, cada esquina es digna de fotografiar y cada callecita en alto es un mirador excepcional... Desde la terraza de la habitación donde nos quedamos Rocío y yo se podía ver la parroquia de Santa Prisca, patrona de Taxco.

Otra cosita... Taxco está rodeado de minas de plata, según dicen los habitantes, la propia montaña donde está situado el pueblo es un yacimiento de plata...

Este pueblecito lo conocí en el primer viaje que mi niña y yo hicimos dentro de México, cuando ya vivíamos aqui (estabamos celebrando nuestro 2° aniversario), y desde entonces siempre he querido regresar, porque realmente me encantó... y eso que, mientras ibamos de camino ayer por la tarde noche, ya se lo había contado a papá y a mamá, pudieron verlo hoy, cuando, una vez que nos despertamos y desayunamos, salimos a dar vueltecillas por Taxco.

Lo dicho, qué calles... lo peor era subirlas :p pero qué bonitas... y qué casas, y qué vistas... y qué de cosas. Si no fuera por los coches que pasan de vez en cuando por las calles, parecería como si estuvieras en la Edad Media, o por lo menos esa es la impresión que me da a mi...

Cuando ya nos cansamos de dar vueltas por Taxco y de ver muchas cosas, fuimos al zócalo pa comer... al ladito de la catedral, la misma que se veía desde la terraza del hotel.

Por cierto, no se si lo he dicho... pero en la habitación donde nos quedamos mi niña y yo tenía hasta segunda, y era una terracita privada que no veas...

La única pena que me dió de este viajecillo, es que fuera tan corto y apenas nos dió tiempo de disfrutar de la terraza... ;) :p