14 febrero 2007

¿El código Da Vinci?

Este fin de semana que acaba de pasar (el domingo concretamente), aprovechando que estaba en casita, decidimos ir a "turistear" un poco por el Estado de México que, aunque a primera vista parezca mentira, también tiene unos pueblecitos que merecen la pena conocer...

Para empezar, nos fuimos a Chiconcuac, (no confudir con Chincocuac, famoso por "La muerte de un gallero" del gran Chente (Vicente) Fernández... me refiero al que en un tiempo fuera reconocido por sus tejidos de lana que tanto se vendían a lo largo de la República mexicana. Y hablo en pasado porque la verdad es que nos llevamos una gran decepción, ya que lo que antiguamente era un gran mercado, que abarcaba todas las calles del pueblo, con pura ropa realizada a mano y por los mismos lugareños (yo nunca lo ví, pero cuando la gente habla de Chiconcuac no dice otra cosa) ha pasado a ser un mercadillo tipo "Los gitanos de Alcosa", con ropa de cualquier tipo menos de lana... Bueno, algo si encontramos, pero fue "la aguja en el pajar"... :(

Después de comprar un par de cosillas que realmente merecieron la pena, y con el estómago exigiéndonos su dosis diaria de combustible, decidimos abandonar esa gran farsa en la que se ha convertido Chiconcuac (me apena mucho decirlo así, pero realmente es lo que pienso) y dirigirnos hacía Tepetlaoxtoc... un pueblecito del que ni siquiera conocíamos su existencia, pero del que a la mamá de Rocío (que venía con nosotros) le habían hablado alguna vez...

Este pueblecito sí mereció la pena... ;) para empezar, dimos con la iglesia de San Sebastián, chiquita pero bonita, y allí estacionamos el coche para empezar el recorrido a pie.

La iglesia estaba cerrada, pero se podía ver en sus alrededores que no hacía mucho tiempo (como después nos lo corroboraron la gente a la que preguntamos) había habido una fiesta... Después, uno que es curioso, revisa el santoral y se encuentra con que el 20 de enero es el día de San Sebastián, y claro... todo concuerda ;)

Comimos en la plaza principal del pueblo, en uno de los poquísimos lugares que se encontraban abiertos... La verdad es que la primera impresión que tuve no fue muy buena, pero es que las tripas llevaban mucho tiempo interpretando la misma sinfonía y comenzaban ya a ser un poco cansinas... además, había poco donde elegir... La comida nos supo a gloria, aunque nunca sabremos si realmente estaba buena o era el hambre que teníamos... :P

Una vez calmada la solitaria, continuamos con nuestra visita turística por Tepetlaoxtoc, y llegamos a la parroquia, que al contrario de lo que cualquier persona pueda pensar no es la iglesia màs importante del pueblo (la más importante es la de San Sebastián), pero sí la más llamativa, o por lo menos la que a nosotros nos llamó más la atención...

Por fuera no es nada del otro mundo... es más, podría decir que es normalita. Lo que empezó a "mosquearme" fue cuando una vez dentro quise hacer una foto y me llegó un energúmeno que, casi a gritos (guardó un poco la compostura porque estabamos dentro de una iglesia) me dijo que estaba prohibido tomar fotos dentro.

¿Prohibido? yo tenía entendido que (por respeto y sentido común) cuando se está oficiando la eucaristía pues es mejor abstenerse de hacer fotografías. Pero, por Dios, que estábamos solamente nosotros tres... Pero como yo soy un poco proclive a no seguir las normas, pues esperé a que semejante personaje desapareciera de nuestra vista para hacer la tradicional fotografía del retablo.

He aquí... ;)

Y claro, una vez que tomé la foto caí en la cuenta de la imagen central... porque no es muy típica que digamos... no sabíamos a qué santa hacía referencia. Y la sorpresa fue mayúscula cuando nos enteramos quién era...

Será que no conocía personalmente ninguna iglesia que tuviera como advocación a María Magdalena (aunque sí había oído hablar de alguna en Francia), pero no pude evitar acordarme de la historia que, desde hace años, viene siendo un auténtico quebradero de cabeza para la Iglesia Católica: "El código Da Vinci"... :O